Por fín terminan las fiestas. Compras y compromisos, tiempo libre por delante sí, pero precisamente por eso, mil cosas para hacer que no tienes el resto del año, el enorme follón que es acercarse al centro a hacer cualquier recado, el agobio de la gente ocupando cada centimetro cuadrado disponible. Sí, me alegro de que se acaben.
Y mañana de nuevo la vuelta a la normalidad. Los proyectos, las clases, las historias de todos los dias, con los amigos de siempre. Ese día a día que por nuestro modus vivendi no llega a ser rutina. Y vuelvo cansado. Muchas cosas en estos pocos días. Total, para llegar al lunes con muchos deberes por hacer, y dos examenes el jueves que aun no he empezado a preparar. Si para esto sirven las fiestas, el año que viene que no cuenten conmigo.
domingo, 6 de enero de 2008
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