martes, 18 de noviembre de 2008

Músicas del mundo

Revisando fotos esta tarde he encontrado las que nos hicimos en el XXI Encuentro Coral Internacional "Ciudad de Torrevieja", en abril del año pasado, en el que participé como miembro del Cor Jove de la FeCoCoVa. Fue una experiencia realmente preciosa, y conocimos a gente de un montón de lugares diferentes. Sin embargo, con los que mejor migas hicimos fue con los venezolanos, un increíble coro de Isla Margarita,con los que lo pasamos realmente en grande.

Haciendo memoria me ha venido a la cabeza una canción que cantaban mis panas venezolanos, y que me ponía la piel de gallina. Se trata de un canto de boda bereber arreglado por Juan Pablo de Juan, de un ritmo y una belleza increíbles, que aún consigue emocionarme. La suerte que he tenido es que la he encontrado en youtube, y esto, en una época en la que no dejo de escuchar música klezmer, me ha hecho darme cuenta de lo realmente importante que es la música para mi, y que al igual que me encanta conocer nuevos lugares y culturas, adoro conocer las músicas del mundo. Quiero compartir con vosotros algunas de esas canciones...

Nawba Isbahan y cantos de boda


Lullaby for Kamilla de Kroke (un grupo polaco de música klezmer)


Butterfly lovers, una obra china interpretada al gu-zheng


Esta entrada esta dedicada a Sil, que por fin tiene su cello :D

lunes, 17 de noviembre de 2008

Happy me, happy you

Y sin darme cuenta, ya he cumplido 31. Y aunque realmente ha sido un día más, he notado el cariño de todos vosotros a lo largo del día, y lo que es aún mejor, la seguridad de que lo voy a seguir teniendo también el resto de días. Muchísimas gracias de todo corazón!

Un fin de semana más

Acabo de llegar a casa, exhausto, extremadamente cansado, pero feliz. Este fin de semana ha sido, no voy a negarlo, un fin de semana más, sin sucesos extraordinarios, ni curiosos viajes, ni aventuras inolvidables, pero de alguna manera ha sido especial.

El viernes tarde estuve haciendo papeleo. De ahí a un concierto en el Mercado de Colón, que los chicos de Broadway Melodies le dedicaron a Sinatra por que este año se cumple el décimo aniversario de su fallecimiento. Fue muy bonito volverles a escuchar, aunque fuera solo por media hora: en nada me fui a toda prisa a jugar mi partido semanal de futbito.

El partido resulto mejor que de costumbre. Sorprendentemente conseguí anotar cinco goles, cuando de normal puedo estar contento si marco uno solo. Y en la portería, además de descansar y recuperar un poco de fuelle, hasta me permití parar balones. Supongo de todas maneras, que esta feliz racha es flor de un día, y el próximo viernes volveré a mi normal nivel de juego (caracterizado por la descoordinación motriz, y la ausencia absoluta de energía para aguantar todo el encuentro).

Del partido aterricé en casa de Julie, que se curró una cena chulísima y un juego de hombres-lobo, que resultó realmente divertido. La buena compañía y el tequila hicieron el resto. Sábado para dormir y estudiar, y para preparar disfraz, porque por la noche teníamos la fiesta sorpresa de Carlos que nos ha cumplido 30 añitos (¡ahí es nada!). Lo pasamos genial.

Y el domingo, estudiar por la mañana, y luego comida en casa de JC y Alex, y sesión maratoniana de rodaje para ir acabando los proyectos que tenemos entre manos. Al final, vuelves a casa destrozado, pero con la sensación de que pese a no ser un fin de semana especial, lo has disfrutado como si lo fuera.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La resurrección

Desde ayer me siento un poco más feliz. Mi cámara de fotos, que sucumbió hace ya un mes y medio, ha vuelto de entre los muertos, y ya se encuentra en perfecto estado y completo funcionamiento. Las entradas de este blog volverán otra vez a tener fotos...

Y como muestra pongo aquí la primera foto que tomé nada más recoger la cámara.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Daño colateral

Me siento avergonzado. Bueno, no. Me siento MUY avergonzado. Porque este fin de semana, tratando de mirar un poco por mi, he hecho daño a quien no esperaba. Es lo que llaman un daño colateral.

Me explico. Cualquiera que me conozca un poco sabe que me cuesta muchísimo decirle No a la gente que aprecio, y que a veces eso me trae más de un problema. Pues bien, este fin de semana tuve que decirles No a unos amigos de hace muchísimo tiempo, y un poco desorientado por la ansiedad que eso me produce, perdí completamente las maneras, y olvidé llamar a otros amigos, a los que también dejé colgados en el último momento. Vamos, un fin de semana fantástico.

Ahora, han pasado ya varios días pero no consigo quitármelo de la cabeza. Y pueden decirme que no pasa nada, pero yo sé que no es así, que lo he hecho mal, y me avergüenzo de ello. Tanto que reconozco haberme aislado estos últimos días. He rehuido el contacto humano, he evitado a la gente, he renunciado voluntariamente al messenger, quizás con el temor irracional de hacer de nuevo involuntariamente daño a alguien a quien quiero.

He pensado en resarcir a alguna de esas personas, por ejemplo a la que más cariño le tengo, con algún regalo, algún detalle, cualquier cosa, pero no dejo de recriminarme que en el fondo no es más que una manera de comprar su perdón, cosa que me avergüenza aún más. Al final me he dado cuenta de que aunque consiguiera que me perdonara, aún me tendría que perdonar yo...

Me pasa algo curioso, y creo que nunca lo había contado a nadie. Cuando me siento avergonzado, me cuesta muchísimo mirar a los ojos de la gente, como si a través de los ojos pudieran leer mi alma. Siempre acabo evitando sus miradas, mirando hacia el suelo, o hacia el infinito como si pensara en mis cosas. Me ha ocurrido siempre, y no tengo ningún indicio que me haga pensar que va a cambiar. Por eso, no me lo tengáis en cuenta si estos días me veis, y parezco ausente, o no os miro a los ojos...

Esta historia, no tiene final. O al menos por ahora. Así que, por el momento, lo dejaremos aquí, y yo seguiré mirando al suelo como quien busca monedas mientras busco la manera de no herir inconscientemente a nadie.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Proverbio chino

Dice un antiguo proverbio chino que puedes realizar cien cosas que agraden a la gente y una que les desagrade, y solo se te recordará por esta última.

Hoy me siento un poco desilusionado, y necesito pensar en mi mismo. Así que, desgraciadamente, voy a hacer algo que va a desagradar a alguien... Lo siento.

Una gran sonrisa

Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...