Hoy por fin hemos comenzado las clases de chino en la Escuela Oficial. Y digo por fin, porque este feliz suceso debía haberse producido hace ya varias semanas, pero la profesora que teníamos (Chi, te vamos a echar de menos) se ha ido a la Escuela Oficial de Madrid y nos hemos quedado en cuadro, así que hasta esta mañana no había nuevo profesor. Pero bueno, parece que la situación ya se ha normalizado y a partir de ahora empieza mi nueva rutina de lenguas.
Ha sido muy raro estar de nuevo en clase de chino. Hacia meses que no repasaba prácticamente nada, y que me había dedicado por razones obvias al ruso, así que al principio se notaba muchísimo la falta de práctica. Pero bueno, como de costumbre, las palabras que creías olvidadas vuelven a aparecer en tu cabeza como por ensalmo, y aunque un poco lento vuelves a construir sencillas frases. Ahora toca organizarse y distribuir de manera diferente los ratos que le estoy dedicando a los idiomas.
Y para recordarme a mi mismo que es solo cosa de estudio, y que alguna vez fuí capaz de escribir cosas en chino, me comprometo a publicar aquí la modesta obra de teatro que hicimos para ser representada en clase, durante nuestro primer año.
martes, 21 de octubre de 2008
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