Solo unas lineas cada noche. Apenas dos, o tres, o quizás veinte, o cien (siempre me olvido de contar). A veces no es ni de noche, me vale una tarde o un ratillo antes de comer. Lo importante, lo que realmente me apetece, es sentarme y escribir. Escribir esas pocas lineas a las que me estoy haciendo adicto.
A temporadas, no paro un segundo, y me paso unos días sin escribir nada. Sí, sé que es una excusa muy mala, pero algo de razón sí hay. Vamos, que no es por falta de ganas. A cambio, acepto cualquier cosa. Desde una manada de pingüinos hasta la sonrisa de una chica guapa. Eso sí, prometo no abandonar mi costumbre de escribir esas pocas lineas. Porque sin eso, ¿que me queda?
miércoles, 30 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una gran sonrisa
Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...
-
III Deposita la moneda en la hornacina y se abre paso por la oscura caverna, alumbrada cada pocos pasos por tenues lamparitas de aceite ...
-
No noto nada. Es algo tan sutíl que cuesta percibirlo si no lo estás buscando. Y no es algo que esté ahí, sino algo que falta: esa vocecilla...
-
Solo hay una cosa que me guste más que la nieve: cuando esta por fin se funde y la ciudad nace de nuevo. Sí, sigue el frio, y las nubes cu...
2 comentarios:
Así pasa, pero ante todo: Paciencia, serenidad y paciendo. Ya luego llegan los motivos para escribir hasta que se te caiga la mano.
Jajajaja, si motivos para escribir siempre hay. Y ganas, lo que no hay siempre es o tiempo o fuerzas :P
Publicar un comentario