martes, 31 de marzo de 2009

On the road again

Aunque llueve y hace un frío que pela, no puedo evitar sentirme contento. Esta semana ha empezado con otro aire, y atrás quedan los últimos días, tan tristes, tan extraños.

Ha sido un no parar desde que justo antes de empezar Fallas me torciera un tobillo jugando al fútbol, aciago preludio de lo que aún estaba por venir. Gracias a ese tobillo me perdí la acampada gambitera que llevábamos tanto tiempo planeando, y que según he oído fue un rotundo éxito. Después, ya en plena fiesta, mi madre tuvo que ser ingresada en el hospital por una inflamación de la vesícula biliar, con lo que tuve que repartir mi tiempo entre las noches blancas sin parar un segundo, las clases y las estancias en el hospital, durmiendo apenas dos o tres horas por día. Y cuando por fin todo parece calmarse (acaban las Fallas, a mi madre la mandan ya para casa, baja mi ritmo de clases,...) y debería empezar Turandot una vez más, acontece una nueva desgracia con forma de gastroenteritis. Apenas quince minutos sobre el escenario y un desmayo (una bajada de tensión por la deshidratación y falta de alimento en mi estomago) me deja fuera de combate. Varios días de baja, y la renuncia para hacer la ópera. Vamos, todo redondo.

Pero al fin parece que todo vuelve a su cauce. Mis problemas estomacales pasaron, mi madre se encuentra ya casi recuperada del todo, y bueno, ya vendrán más óperas... Mientras tanto, yo he vuelto a mis cosas, mis clases, mis proyectos. Ya estoy preparando mi escapada a Granada, y si todo va bien, también un viajecito para este verano. Ya estoy de nuevo en la carretera, ¡que ya era hora! Y a pesar de todo, sigo con mi firme convicción de que este va a ser un buen año.

sábado, 21 de marzo de 2009

Oxymoron

oxímoron.
(Del gr. ὀξύμωρον).
1. m. Ret. Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atronador.


How can you be so close to me, when you're far? How can you be so cold? So warm... You know, like a bitter sweet symphony.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Ninots

De nuevo están aquí las Fallas. Sin que me de cuenta han vuelto a inundar nuestras calles, con el ensordecedor ruido, con las luces brillantes y la música asaltando cada calle. Pero este año están siendo raras. O como dirían en el pueblo de mi madre, este año no está el horno para bollos.

En una semana en la que no debería mover el pie y estoy caminando más de lo normal, me siento extraño. Ya no tan abatido como estaba el fin de semana, pero noto que la semilla de algo crece dentro de mí, y no sabría definir en que consiste: ¿hastío? ¿tristeza? ¿simple y llana melancolía? Me sé inmerso en una partida en el que todos juegan con dos barajas, y a cara descubierta. Una partida que no sé si podría ganar, pero que sé que no quiero ganar, al menos en estas condiciones. ¿En que momento empezamos a racionalizar el corazón? ¿Cuando adoptamos el capitalismo sentimental, supeditado a la ley de la oferta y la demanda? No me gusta. Me confunde. Aún más...

Anoche maldije de nuevo mi estúpida timidez. Ese bloqueo que me seca por dentro, convirtiéndome en un pelele, en un mero ninot, falto de espíritu, de chispa alguna. Un autómata con un nudo en el pecho y cientos de pequeñas ruedas que quedaron por ensamblar. Lo gracioso es que nadie me cree luego, cuando digo que soy tímido. Incluso una amiga me hizo el cumplido de afirmar que no podía creer que yo de vez en cuando también sufriera (gracias de corazón, Pe). Aunque reconozco que anoche no fue todo tan terrible. Reí mucho, y aprendí que el verbo to cuddle es tan dulce como su significado. Al final, llegué a casa más confundido que cuando salí, pero con la impresión de que no puedo hacer nada más, ni debería preocuparme. El tiempo dirá. Trataré de seguir mis propias Normas de uso, porque a veces se me olvidan...

Asimismo, he tenido la suerte de ver en uno de los blogs de mi querida Syl una antigua aria de ópera que hacia mucho tiempo que no escuchaba. Aparte de la sorpresa de descubrir que a Miss TutsiPop le gusta la ópera, me ha parecido tan conmovedoramente tierno, y supongo que a un grado algo exagerado también apropiado para esta situación (¿pero que haríamos los actores sin ese punto de histrionismo? ;)) que no me he resistido a copiarlo aquí, espero que con permiso de la antes mencionada. Se trata del Vesti la giubba, de la ópera I pagliacci, de Ruggero Leoncavallo.


sábado, 14 de marzo de 2009

Ese extraño juego

Ayer, durante una fiesta, tuve la oportunidad de disfrutar de ese extraño juego de las relaciones humanas. No conocía a demasiada gente, y un molesto esguince en mi tobillo derecho limitaba mucho mis habilidades sociales, así que opté por observar a los allí presentes, hablar con unos y otros, disfrutando de la danza de deseos, anhelos y esperanzas que se desplegaban ante mi. Uno nunca deja de sorprenderse de la infinita telaraña que se puede llegar a tejer entre tan pocas personas. Veamos un ejemplo:

Una persona A llega a la fiesta buscando a la persona B, con la que piensa que hay feeling, pero en su lugar encuentra a la persona C, que también le parece interesante. Allí también estan las personas D y E, hablando sobre alguién (llamemosle F) que no está en la fiesta. G mientras tanto, se insinua a B, a C y a cualquier persona que le parezca interesante sin ningún tipo de reparo. A está muy cómodo con C, y comprueba como la complicidad que parecía haber tener con B, realmente la tiene B con todo el mundo. Mientras, la persona D habla con H, que acaba de llegar justo cuando E se marchaba, y le insiste en que se lie con I, aunque parece que I no esta muy por la labor. Mientras, G se insinua a I. B se pone cariñosa con H, sin darse cuenta de que justo al lado están A y C hablando. Definitivamente, A decide desistir de B, y centrarse en C, con quien parece que puede haber algo. C le sigue el juego a A. Poco después, A descubre que D, que estaba hablando con I, también lo está intentando con C, y que seguramente ya hay algo. Mientras, G se insinua nuevamente a B. Bueno, me he perdido ya, pero se me ocurren muchas maneras más con las se podría complicar la cosa si quisieramos. Y todo sin dejar de ser completamente plausible.

Agotado por el esfuerzo que me supone ir destejiendo con paciencia de Job la increible maraña, me siento en cualquier sitio mientras mi cabeza no para de hacerse preguntas. ¿Existe en realidad el amor? Si existe, ¿como és? Creo que la influencia del cine sobre mi manera de ver el mundo me pasa factura ahora. A veces me da por pensar que lo que llamamos amor tan solo encubre nuestro miedo a la soledad, nuestra necesidad de cariño, de caricias... O quizás soy demasiado exigente, o ya no recuerdo como enamorarme. Pero sobre todo, me da por pensar que yo también estoy en ese juego, como persona J, y ¿porqué no?, interesado en alguna o algunas letras de la A a la Z. Tambien pertenezco a esa telaraña invisible que nos ata unos a otros, en este baile hipnótico y casual, donde todo vale.

Y por la parte que me toca, como persona J, he aplicado hoy mi particular prueba de la puerta, tal como le enseñara a Calogero el personaje de Chazz Palminteri en A Bronx tale, solo que con menos suerte...

PS: Para el que no conozca la prueba de la puerta, le recomiendo que vea la película, realmente vale la pena. Y si no, aqui esta ese pequeño momento de la película (ATENCIÓN: SPOILER)


Blue moon


The moon was yellow tonight, hanging amongst the roofs, and you were not here. I've seen the stars above, small and cold over the black satin of the sky, and you were not here. The silent and insomniac night will end in a few hours, and you will not be here. And I'll be sleeping. Who knows? Maybe dreaming about you. And you will not be here.

But I saw you tonight. You were so beautiful. We spoke, and laugh, and I didn't care about the moon, or the stars, or the night. Now, here, alone, watching how the night goes by, I need to find again my way to myself, like a small child lost in the forest.

Now the moon seems a little bit bluer.

Una gran sonrisa

Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...