miércoles, 18 de marzo de 2009

Ninots

De nuevo están aquí las Fallas. Sin que me de cuenta han vuelto a inundar nuestras calles, con el ensordecedor ruido, con las luces brillantes y la música asaltando cada calle. Pero este año están siendo raras. O como dirían en el pueblo de mi madre, este año no está el horno para bollos.

En una semana en la que no debería mover el pie y estoy caminando más de lo normal, me siento extraño. Ya no tan abatido como estaba el fin de semana, pero noto que la semilla de algo crece dentro de mí, y no sabría definir en que consiste: ¿hastío? ¿tristeza? ¿simple y llana melancolía? Me sé inmerso en una partida en el que todos juegan con dos barajas, y a cara descubierta. Una partida que no sé si podría ganar, pero que sé que no quiero ganar, al menos en estas condiciones. ¿En que momento empezamos a racionalizar el corazón? ¿Cuando adoptamos el capitalismo sentimental, supeditado a la ley de la oferta y la demanda? No me gusta. Me confunde. Aún más...

Anoche maldije de nuevo mi estúpida timidez. Ese bloqueo que me seca por dentro, convirtiéndome en un pelele, en un mero ninot, falto de espíritu, de chispa alguna. Un autómata con un nudo en el pecho y cientos de pequeñas ruedas que quedaron por ensamblar. Lo gracioso es que nadie me cree luego, cuando digo que soy tímido. Incluso una amiga me hizo el cumplido de afirmar que no podía creer que yo de vez en cuando también sufriera (gracias de corazón, Pe). Aunque reconozco que anoche no fue todo tan terrible. Reí mucho, y aprendí que el verbo to cuddle es tan dulce como su significado. Al final, llegué a casa más confundido que cuando salí, pero con la impresión de que no puedo hacer nada más, ni debería preocuparme. El tiempo dirá. Trataré de seguir mis propias Normas de uso, porque a veces se me olvidan...

Asimismo, he tenido la suerte de ver en uno de los blogs de mi querida Syl una antigua aria de ópera que hacia mucho tiempo que no escuchaba. Aparte de la sorpresa de descubrir que a Miss TutsiPop le gusta la ópera, me ha parecido tan conmovedoramente tierno, y supongo que a un grado algo exagerado también apropiado para esta situación (¿pero que haríamos los actores sin ese punto de histrionismo? ;)) que no me he resistido a copiarlo aquí, espero que con permiso de la antes mencionada. Se trata del Vesti la giubba, de la ópera I pagliacci, de Ruggero Leoncavallo.


5 comentarios:

gemelo malvado dijo...

Un ninot solo teme a una cosa, al fuego..no deberías tener miedo a otras cosas, como ser tu mismo (incluso si eres tímido), o en confiar en tus amigos.

A veces parar y recordar quienes somos y que queremos es la única forma de indultarnos.

¿Quién eres Mario?
¿Qué quieres?
...si sabes responder, solo debes temer al fuego ;)

omrot dijo...

Bueno, a ver. Realmente la noche fue muy divertida, y me lo pasé genial. El problema no fue ni la estupenda película, ni la maravillosa compañía, ni la charla genial. El problema es estrictamente mio, que a veces olvido quien soy y que quiero. Maldita timidez! :)

Pero gracias por los ánimos, evil twin, esta semana me vienen muy bien ;).

Alegria De La Huerta dijo...

...déjate llevar... nunca se pierde nada... sea como sea se gana ;)

Un petó i feliç cremà!!

Silvana dijo...

jajaja! zas!
permiso? pero porqueee? jajaja te quiero un montón y el internet es de todoos! jAJAJA
y si esa aria está bien rifada! y Galouzine pffff no sé me conmovió cabrón! jaaja te quiero muchooo!!!!
y si, no me pareces tímidoo! aunque.. que te digo yo, tampoco lo parezco (creo) y lo soy y mucho, me esfuerzo para que la timidez no pesee. tsss creo que somos parecidos. tsssssssssss.

Laira dijo...

Permíteme decirte.
Acalla las palabras Omrot. Cuando notes que "te vas de ti" sólo espira suavemente para echar a volar tus palabras y no enredarte en ellas.
Suelta lastre, no te exijas tanto. Y vuelve la vista hacia el exterior, quizás lo que buscas está más cerca de lo que crees. Pues veo en este blog a una persona muy inteligente y sensible, y también personas que le quieren mucho. Abre bien los ojos.

Una gran sonrisa

Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...