sábado, 14 de marzo de 2009

Ese extraño juego

Ayer, durante una fiesta, tuve la oportunidad de disfrutar de ese extraño juego de las relaciones humanas. No conocía a demasiada gente, y un molesto esguince en mi tobillo derecho limitaba mucho mis habilidades sociales, así que opté por observar a los allí presentes, hablar con unos y otros, disfrutando de la danza de deseos, anhelos y esperanzas que se desplegaban ante mi. Uno nunca deja de sorprenderse de la infinita telaraña que se puede llegar a tejer entre tan pocas personas. Veamos un ejemplo:

Una persona A llega a la fiesta buscando a la persona B, con la que piensa que hay feeling, pero en su lugar encuentra a la persona C, que también le parece interesante. Allí también estan las personas D y E, hablando sobre alguién (llamemosle F) que no está en la fiesta. G mientras tanto, se insinua a B, a C y a cualquier persona que le parezca interesante sin ningún tipo de reparo. A está muy cómodo con C, y comprueba como la complicidad que parecía haber tener con B, realmente la tiene B con todo el mundo. Mientras, la persona D habla con H, que acaba de llegar justo cuando E se marchaba, y le insiste en que se lie con I, aunque parece que I no esta muy por la labor. Mientras, G se insinua a I. B se pone cariñosa con H, sin darse cuenta de que justo al lado están A y C hablando. Definitivamente, A decide desistir de B, y centrarse en C, con quien parece que puede haber algo. C le sigue el juego a A. Poco después, A descubre que D, que estaba hablando con I, también lo está intentando con C, y que seguramente ya hay algo. Mientras, G se insinua nuevamente a B. Bueno, me he perdido ya, pero se me ocurren muchas maneras más con las se podría complicar la cosa si quisieramos. Y todo sin dejar de ser completamente plausible.

Agotado por el esfuerzo que me supone ir destejiendo con paciencia de Job la increible maraña, me siento en cualquier sitio mientras mi cabeza no para de hacerse preguntas. ¿Existe en realidad el amor? Si existe, ¿como és? Creo que la influencia del cine sobre mi manera de ver el mundo me pasa factura ahora. A veces me da por pensar que lo que llamamos amor tan solo encubre nuestro miedo a la soledad, nuestra necesidad de cariño, de caricias... O quizás soy demasiado exigente, o ya no recuerdo como enamorarme. Pero sobre todo, me da por pensar que yo también estoy en ese juego, como persona J, y ¿porqué no?, interesado en alguna o algunas letras de la A a la Z. Tambien pertenezco a esa telaraña invisible que nos ata unos a otros, en este baile hipnótico y casual, donde todo vale.

Y por la parte que me toca, como persona J, he aplicado hoy mi particular prueba de la puerta, tal como le enseñara a Calogero el personaje de Chazz Palminteri en A Bronx tale, solo que con menos suerte...

PS: Para el que no conozca la prueba de la puerta, le recomiendo que vea la película, realmente vale la pena. Y si no, aqui esta ese pequeño momento de la película (ATENCIÓN: SPOILER)


4 comentarios:

Silvana dijo...

creo que quizá es la primavera. no sé. ya t edigo que eres una letra M porque es más bonita que la J. :)
te quiero.

omrot dijo...

Jajajaja, yo tambien guapa! Cuidateme mucho. Y acepto encantado el cambio de letra ;)

Alegria De La Huerta dijo...

Ai... les relacions humanes. M'ha encantat com has descrit la festa. Qui sap, les coses passen com passen i arriba el punt en que pots mirar a la cara a la gent, pots fer una passa endavant i moure peça. Em sap greu lo del teu turmell... recupera't que hem de muntar un altre partit ;)

Laira dijo...

Omrot el amor Amor es más sencillo (que no simple) que un abecedario. ;)

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