Y al cabo de cien años, la Bella Durmiente despertó. Y vio que todos aquellos que había conocido y querido habían muerto hace ya mucho tiempo. Y se sintió muy sola, porque incluso el Príncipe Azul, cansado de esperar, había vendido todo y se había mudado a otro país.
Ahora, tiene un gato que se llama Pompón, trabaja de día en una tienda de colchones, y estudia por las noches para ver si de una vez termina la carrera que empezó hace ya más de un siglo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una gran sonrisa
Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...
-
Una calurosa noche de verano soñé que, al igual que Pessoa, yo tenía un heterónimo. Alguien completamente distinto de mí, con otras ambicion...
-
Aunque llueve y hace un frío que pela, no puedo evitar sentirme contento. Esta semana ha empezado con otro aire, y atrás quedan los últimos ...
-
III Deposita la moneda en la hornacina y se abre paso por la oscura caverna, alumbrada cada pocos pasos por tenues lamparitas de aceite ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario