lunes, 30 de junio de 2008

Caballo perdedor

¡Increible! España ha ganado la Eurocopa...

Elegí un mal día para empezar a animar a Alemania.

domingo, 29 de junio de 2008

El sabor de los quarks

El lector debe recordar seguramente aquel anuncio de productos para la higiene femenina en la que se enunciaban frases como la de '¿A que huelen las cosas que no huelen?". Bien, aunque pueda parecer absurda, en la naturaleza encontramos casos asombrosamente parecidos, como por ejemplo el de los quarks.

Porque los quarks, esas pequeñas cositas que hoy por hoy se conocen por ser los ladrillos de los que se compone la materia, vienen en seis sabores y tres colores diferentes. No se trata de sabores como los que podriamos pedir en un helado de cucurucho, sino que tienen nombres tan peregrinos como 'up', 'down', 'bottom', 'top', 'strange' y 'charm'. Sus colores pueden ser rojo, verde o azul (antirrojo, antiverde y antiazul para los antiquarks). Lo curioso de todo esto es que los quarks tienen sabor cuando su tamaño es tan insignificante que no podrian ser detectados de forma individualizada por papila gustativa alguna, y que tienen color cuando el orden de magnitud en el que existen es enormemente menor que cualquier longitud de onda del espectro que conocemos como visible, y al que esta asociada la gama de colores. Así, los quarks tienen sabores que nunca podrán ser saboreados y colores que nunca podrán ser vistos.

¿No es una exquisita paradoja? Recuerda la discusión filosófica sobre si un arbol que cae en un lugar del bosque donde nadie puede oirlo hace ruido. Sin embargo, la solución a esta paradoja es mucho más sencilla. Cuando hablamos de sabores y colores de un quark no queremos referirnos a sabores y colores tal como nosotros los entendemos en nuestro cómodo mundo macroscópico. Simplemente, los quarks poseen propiedades que de alguna manera había que bautizar, y bueno, como los físicos son tan originales echaron mano a nombres que tenian cerca, como son el de sabor y color. Así, realmente el sabor es una manera de nombrar los diferentes tipos de quark, y el color es una argucia para poder eludir el Principio de exclusión de Pauli.

¿Que os causa extrañeza ver como se usan en Física las palabras? Pues no debería hacerlo tanto cuando hasta la misma palabra extrañeza sirve para definir una propiedad de las particulas elementales.

viernes, 27 de junio de 2008

Cuestión de gramática

Últimamente no dejo de reflexionar sobre una construcción gramatical. Sí, sé que suena estúpido, pero es de esas cosas que te acompañan siempre y que tratas de olvidar para descubrir en cuanto bajas la guardia que ha vuelto a enquistarse entre tus pensamientos.

En concreto se trata de la que dice 'me gustas más que...' seguida de algo que debe resultar muy querido para el locutor, a la par que conocido por el oyente, para reforzar la sensación de que la comparación se realiza en un grado superlativo. No nos engañemos, esa frase, otrora tan utilizada en el cine, chirría por todas partes. Yo trato de pensar en las cosas que más me gustan y no puedo evitar torcer el gesto al aplicarlas a semejante construcción. Frases como 'me gustas más que la horchata' o 'me gustas más que el queso', o ¿porque no? 'me gustas más que el jazz' producen espasmos de indignación en mis dendritas. De alguna manera transgreden mi concepto de la etiqueta poética-gramatical (soy de los que piensan que hasta las matemáticas como lenguaje tienen una etiqueta que conviene respetar) y encienden cientos de sirenas en mi cerebro. La opción obvia consiste en sacrificar veracidad en pos de comparaciones más poéticas, pero que se ajustan mucho menos a los verdaderos objetos de deseo del hablante, cosa que a más de un lector le puede parecer deleznable.

Por mi parte, si se me permite, y mientras busco sujetos que encajen en la frase sin sacrificar veracidad o etiqueta, me quedo con una expresión mucho más corta, y que quizás por eso mismo compromete muchísimo menos mi sentido estético gramatical, y que reza así: me gustas.

PD: No querais ver en este post más de lo que realmente hay, es decir, una mera cuestión de gramática.

jueves, 26 de junio de 2008

Genocida vacuno

Sí, lo reconozco. He sido un genocida vacuno. Fue durante mi época de pastor de cabras y yaks en Kazajstán. Por las noches me sustraía al calor de la lumbre que ardía dentro la austera cabaña para deslizarme a la noche, negra como mis intenciones, a satisfacer mis más bajos instintos. Y no era hasta que despuntaba de nuevo el alba, que no volvía, exhausto y sin aliento, a meterme desnudo de ropa y emociones en mi tibia cama.



Y tú, ¿donde estabas entonces, cuando tanto te necesité? Mil caminos he recorrido buscándote, buscando en ti un consuelo a esta sed que no cesa, a este dolor lacerante que palpita en cada rincón de mi cerebro. Quizás buscando las fuentes perdidas del Amazonas. Tal vez dejando volar al viento tu pelo, tu voz y tus ideas en el Mayo francés. Puede que mirando desde el Ponte Rialto como pasan las góndolas. O tomando un café en el Soho de Londres.


El tiempo ha pasado. Mi postrer camino me condujo hasta aquí, y la magia de las noches esteparias ha quedado reducida a vagos recuerdos en mi memoria, anestesiado de mi primarias pulsiones por la anodina rutina. Pero a veces, cuando ya es tarde y todos duermen, y el faro de tu dulce mirada se esconde al mundo tras la suave persiana de tus párpados, contengo la respiración y aún me parece oírlas mugir.

miércoles, 25 de junio de 2008

Discantus

Hoy he tenido un gran regalo. Me enteré por casualidad que esta tarde había en el Palacio de Congresos de esta urbe un Discantus, o al menos, una buena muestra. Formaba parte del Acto Inaugural del XXIX Congreso de la Sociedad Española de Medicina Nuclear, y allá que me he presentado con cara de experto en medicina nuclear. He escuchado la fascinante conferencia inaugural por parte de Manuel Toharia, director del Museo de las Ciencias Principe Felipe (es un crack ese hombre, un comunicador brutal), sobre materia, energía y espacios vacios, y con casi media hora de retraso sobre el programa, ha llegado la hora. Iba a comenzar Discantus...

Pero, ¿qué es Discantus? Es una maravilla sonora. Por una parte, el Lluis Vich Vocalis (antes Cor de Cambra Lluis Vich) cantando un repertorio de música antigua basado principalmente en el Misteri d'Elx y el Cancionero de Montecassino (sí, chicos, el mismo monasterio aquel que visitamos en septiembre jejejeje), y por otra parte Perico Sambeat, el que seguramente es hoy en día el mejor saxofonista de jazz español con mucha diferencia. La idea del Discantus es tener un grupo solido de música vocal antigua cantando su repertorio mientras el saxo va improvisando sobre las melodias cantadas creando un sonido de una belleza excepcional. Aunque hay que reconocer que la idea no es nueva: la primera fusión de este estilo la llevaron a cabo Jan Garbarek y The Hilliard Ensemble, en un disco llamado Officium. En 1997 nació Discantus siguiendo con esa idea, pero usando repertorio valenciano, y con un saxofonista valenciano. Desde entonces hasta ahora cada cierto tiempo, se repite el milagro y de nuevo se pueden escuchar en directo los sonidos frescos e impactantes de semejante mezcla.

He vuelto a casa flotando en una nube. Pese a la pésima acústica (téngase en cuenta que la sala tiene mucha absorción porque esta pensada para congresos y no para música) ha sido una maravilla poder escucharlos de nuevo. Conciertos así me reafirman más aún en mi cariño al jazz y a la polifonía, y si son ambas a la vez, mucho mejor.

Como pequeña muestra os dejo una grabación que hice en un Discantus en Moraira hace ya unos años. La calidad no es demasiado buena, porque el sonido esta tomado con un minidisc, pero bueno, menos da una piedra. Es la primera vez que se oye esta grabacion fuera de aquella iglesia.



lunes, 16 de junio de 2008

Pepito Grillo


El pequeño Pinocho mira avergonzado al suelo. A su lado, con el ceño fruncido y moviendo enérgicamente las manos, Pepito Grillo, le recrimina indignado su poco sentido común. Y el caso es que Pinocho lo sabe, es consciente de que esta obrando mal. Alza la vista y contempla absorto como Pepito Grillo hilvana una tras otra miles de razones; como su cuerpo se tensa con los gestos que acompañan cada razonamiento; como sus suaves facciones se impregnan de la fría amargura de los que saben que no se puede hacer más; como sus labios pequeños articulan cada palabra; esos labios pequeños y rosados, humedos por la saliva; esos labios...

Sin apenas darse cuenta de lo que hace, se inclina sobre Pepito Grillo, y pasando un brazo por detras de él, y entornando los ojos, besa, muy suavemente, esos preciosos labios.





Dedicado con todo mi cariño a mi conciencia.

domingo, 15 de junio de 2008

La cueva del perro amarillo

Hoy quiero proponeros un viaje. Un viaje a un lugar muy lejano, donde antiguamente se decía que vivían los hipopodos, hombres con patas de caballo, y donde reinó Gengis Kan. Se trata de un viaje a Mongolia, donde en su época de mayor esplendor 100.000 mongoles gobernaron sobre 300 millones de personas, en lo que ha sido quizás el mayor imperio sobre la faz de la Tierra.

Es un país en el que parece haberse detenido el tiempo. Con el triple de la superficie de la península ibérica solo tiene dos millones y medio de habitantes, de los cuales unos 850.000 se concentran en su capital, Ulan Bator (héroe rojo en mongol). El resto de habitantes mantiene su ancestral modo de vida nómada, cuidando ganado (yaks, ovejas y caballos principalmente) y mudando cada pocos meses para buscar nuevos pastos. Viven en unas tiendas circulares, los ger (yurtas mongolas), de estudiadísima elaboración, que se pueden montar o desmontar en menos de dos horas, y que se pueden transportar en unos pocos carros.

Los vistosos colores de sus trajes, la delicadeza con la que tratan la madera o el cuero para hacer sus útiles diarios, o la fascinante filosofía de vida con la que afrontan el día a día, convierte al mongol en un pueblo único, en el que el pasado y el futuro conviven de una manera mas o menos estable, y en el que la forma de vivir nómada persiste de manera original como hace siglos.

Si os apetece saber algo más sobre Mongolia y el modo de vida nómada os recomiendo una película de la directora Byambasuren Davaa. Se llama El perro mongol (2005) y es una pequeña joya visual. Aquí abajo, el trailer:


El perro mongol, de Byambasuren Davaa

jueves, 12 de junio de 2008

Non ritornerà più

Se penso a come ho speso male il mio tempo
che non tornerà, non ritornerà più.
Franco Battiato, La stagione dell'amore

Hoy me he reconciliado con el mundo. Ha tenido que pasar casi un mes para que esta extraña sensación de deriva desapareciera. Pero por fin se marcha. Y ha sido hoy.

Conste que esta vez no he estado mal, ni triste, ni hundido. Como mucho melancólico, pero eso es algo que ya convive conmigo. No, esta vez ha sido más la sensación de desubicación, de desarraigo. De notar que el mundo pasa a tu alrededor sin saber cual es tu sitio. Las dudas, unidas a la molestia de no poder moverme mucho de casa, la intermitente y molesta lluvia, las oscuras nubes que han llenado tanto el cielo como mi mente.

Solo el alivio de las conversaciones con unas pocas personas han aliviado un poco la presión. Fuera de eso todo ha sido narcosis: leer, ver películas, dormir mucho, cosas que me ocuparan la mente y evitaran que pensara, al menos hasta que llegara el momento.

Y ha sido hoy. Un paseo a media tarde bajo el caluroso sol de este mes de junio. La sensación maravillosa de que el tiempo pasa muy deprisa y de que hay tantas y tantas cosas por hacer. Y de pronto todo ha encajado. Solo era cuestión de hacer un pequeño cambio en las prioridades y en la manera de afrontar las cosas, de perder miedos y ganar confianzas, de tratar de aprovechar cada segundo. Y reconozco que es algo que ya se, pero que a veces olvido.

Y ahora, a vivir. A disfrutar con las miles de cosas que tengo en mente, que quiero hacer, o ver, o decir. Y si alguien se quiere unir, ¡adelante! Las risas no van a faltar.

Una gran sonrisa

Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...