El lector debe recordar seguramente aquel anuncio de productos para la higiene femenina en la que se enunciaban frases como la de '¿A que huelen las cosas que no huelen?". Bien, aunque pueda parecer absurda, en la naturaleza encontramos casos asombrosamente parecidos, como por ejemplo el de los quarks.
Porque los quarks, esas pequeñas cositas que hoy por hoy se conocen por ser los ladrillos de los que se compone la materia, vienen en seis sabores y tres colores diferentes. No se trata de sabores como los que podriamos pedir en un helado de cucurucho, sino que tienen nombres tan peregrinos como 'up', 'down', 'bottom', 'top', 'strange' y 'charm'. Sus colores pueden ser rojo, verde o azul (antirrojo, antiverde y antiazul para los antiquarks). Lo curioso de todo esto es que los quarks tienen sabor cuando su tamaño es tan insignificante que no podrian ser detectados de forma individualizada por papila gustativa alguna, y que tienen color cuando el orden de magnitud en el que existen es enormemente menor que cualquier longitud de onda del espectro que conocemos como visible, y al que esta asociada la gama de colores. Así, los quarks tienen sabores que nunca podrán ser saboreados y colores que nunca podrán ser vistos.
¿No es una exquisita paradoja? Recuerda la discusión filosófica sobre si un arbol que cae en un lugar del bosque donde nadie puede oirlo hace ruido. Sin embargo, la solución a esta paradoja es mucho más sencilla. Cuando hablamos de sabores y colores de un quark no queremos referirnos a sabores y colores tal como nosotros los entendemos en nuestro cómodo mundo macroscópico. Simplemente, los quarks poseen propiedades que de alguna manera había que bautizar, y bueno, como los físicos son tan originales echaron mano a nombres que tenian cerca, como son el de sabor y color. Así, realmente el sabor es una manera de nombrar los diferentes tipos de quark, y el color es una argucia para poder eludir el Principio de exclusión de Pauli.
¿Que os causa extrañeza ver como se usan en Física las palabras? Pues no debería hacerlo tanto cuando hasta la misma palabra extrañeza sirve para definir una propiedad de las particulas elementales.
domingo, 29 de junio de 2008
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