
Y tú, ¿donde estabas entonces, cuando tanto te necesité? Mil caminos he recorrido buscándote, buscando en ti un consuelo a esta sed que no cesa, a este dolor lacerante que palpita en cada rincón de mi cerebro. Quizás buscando las fuentes perdidas del Amazonas. Tal vez dejando volar al viento tu pelo, tu voz y tus ideas en el Mayo francés. Puede que mirando desde el Ponte Rialto como pasan las góndolas. O tomando un café en el Soho de Londres.

El tiempo ha pasado. Mi postrer camino me condujo hasta aquí, y la magia de las noches esteparias ha quedado reducida a vagos recuerdos en mi memoria, anestesiado de mi primarias pulsiones por la anodina rutina. Pero a veces, cuando ya es tarde y todos duermen, y el faro de tu dulce mirada se esconde al mundo tras la suave persiana de tus párpados, contengo la respiración y aún me parece oírlas mugir.
2 comentarios:
jaja no te da vergüenza, pobres vacas!!! :P
¿Qué te has tomao?? Yo quiero probarlo...
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