domingo, 23 de enero de 2011

Mi primer año

Me siento sorprendido. Hace exactamente un año, tal día como hoy, empezaba mi aventura alemana. Tal día como hoy 23 de enero, dejando atrás todo (familia, trabajo, amigos,...) cogía de madrugada un tren que me debía acercar a la ciudad Condal, para, desde allí, tomar un avión que me traería a mi nueva urbe: Berlin.

Un año ya. El tiempo se ha esfumado veloz, y no tengo aún la sensación, para bien o para mal, de haber pasado tanto tiempo aquí. Un año de alegrías y de alguna que otra pena, de muchos descubrimientos, y de infinitas sorpresas.

Un año que me deja cantidad de experiencias, muchísimos amigos, algunos antiguos y otros muchos nuevos, y en el que he tenido al menos cuatro direcciones diferentes.

Y no sé que me deparará el próximo año. Solo sé, que quiero que sea igual de bueno o mejor que el primero, y sobre todo, que siga siendo aquí, en esta ciudad que me vuelve loco, y en la que he encontrado más de lo que jamás pensé que podía existir, y en la que deseo seguir aún muchos años más.

sábado, 15 de enero de 2011

Emergencias

Solo hay una cosa que me guste más que la nieve: cuando esta por fin se funde y la ciudad nace de nuevo.

Sí, sigue el frio, y las nubes cubren el cielo bastante a menudo. Una fina llovizna empapa todo de manera lenta pero ineluctable. Y sin embargo, me gusta.

A veces, como por descuido, el sol se cuela entre las nubes, y la ciudad parece emeger de entre el hielo en todo su esplendor, anunciando promesas de una cálida primavera y un maravilloso verano. Los viejos recuerdos florecen, todas las vivencias, todos los viejos amigos (los que siguen, y los que ya no estan; los que volverán y aquellos que ya solo son imagenes en nuestra memoria y largas cartas de puesta al día) emergen junto con las calles, las aceras, los nevados parques.

Y entonces, en ese justo momento, ya no te importa el frio. La vida se descubre bella, viva, espléndida en su crisol de colores. Ojala el mundo estuviera lleno de este tipo de emergencias.

sábado, 1 de enero de 2011

Nuevo año

Down in Times Square the little folks is a-watchin' and a-waitin' fo' that big ball to drop. They all tryin' to catch holt a one moment of time to be able to say -- 'Right now! This is it! I got it!' 'Course by then it'll be past. But they all happy, evvybody havin' a good time.
The Hudsucker Proxy, Coen Brothers

De nuevo aquí. Un nuevo año por delante, y la firme decisión de retomar una vez más este pequeño álbum de recortes, mi cuaderno de vida.

Y me regocija sobremanera pensar que por casualidades de la vida, si este pequeño blog comenzó en aquél ya lejano 2006 con La ciudad ciclista, continua ahora después de un pequeño letargo con La ciudad y los perros, ambos humildes tributos a la que fue mi ciudad por incontables años, y la que lo es desde no hace mucho.

La ciudad y los perros

La calle, fría y húmeda, resplandece bajo el tímido sol invernal que hoy se ha dignado a aparecer. Es el primer día de un nuevo año, hace apenas unas horas estrenado, y en la desierta ciudad no se ve a nadie. Solo los aguerridos dueños de algún perro hollan los sucios adoquines, más por obligación que por gusto, en esta fría mañana de enero.

Les veo caminar, cruzarse saludos y felicitaciones en ese misterioso idioma que solo entienden aquellos que poseen un can, les veo contemplar los devaneos y juegos de sus perros, alegres estos y totalmente ajenos a fechas o festividades, mientras el resto de la ciudad duerme la fiesta del viejo año.

Y lo sé, porque también yo puedo ser considerado ahora dueño canino, aunque eso... eso ya es otra historia.

Una gran sonrisa

Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...