Sí, sé que es lo normal en las ciudades grandes. Músicos itinerantes entran en el vagón del metro y por una parada o dos deleitan a la gente con algunas canciones, para solicitar después un pequeño óbolo. Pero vamos, siempre suelen ser un violinista, o un trompetista...
Hoy me he asombrado al ver entrar en mi vagón dos saxofones, un tio con una melódica, otro con un contrabajo, otro con un acordeón y un último individuo con algo de percusión, que han tocado a un ritmo endiablado Hit the road Jack y Sweet Georgia Brown. ¡Aún estoy alucinando!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una gran sonrisa
Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...
-
III Deposita la moneda en la hornacina y se abre paso por la oscura caverna, alumbrada cada pocos pasos por tenues lamparitas de aceite ...
-
No noto nada. Es algo tan sutíl que cuesta percibirlo si no lo estás buscando. Y no es algo que esté ahí, sino algo que falta: esa vocecilla...
-
Solo hay una cosa que me guste más que la nieve: cuando esta por fin se funde y la ciudad nace de nuevo. Sí, sigue el frio, y las nubes cu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario