Todas las piezas estaban sobre la mesa, y ha bastado un solo movimiento para que todo encajara, para que este creciente desasosiego, esta oscura ansia, saliera a la luz.
Un leve soplo de viento en la hora mágica de la tarde, la súbita memoria de un final de verano, y aquí estoy de nuevo, escribiendo en este viejo blog.
Y en la mente una idea: no dejar que muera, empezar un nuevo ciclo, engrasar de nuevo los oxidados engranajes que me han permitido escribir tantas y tantas entradas. De alguna manera, hacerme el favor a mi mismo de preservar como soy, como estoy y como vivo para que mi futuro yo pueda disfrutar de la lectura de este blog como he hecho yo esta tarde.
1 comentario:
oleeeeeee
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