Este año, por primera vez en muchísimo tiempo, he tenido el mes de agosto libre.
¿Como ha podido ocurrir? Francamente, no lo se. Yo aún no me lo explico, pero el caso es que así ha sido. Y para celebrar tan extraordinario suceso, aprovechando una serie de venturosas carambolas, me he permitido el lujo de pasar un mes trotando fuera de casa.
Cuando empezó mi viaje tenía la idea de escribir en este blog un pequeño diario, contando los acontecimientos en los que me podía ver envuelto y la manera de desenvolverme (petit hommage a Les Luthiers) pero, como suele ocurrir, todo quedó en agua de borrajas. El trasiego continuo de una ciudad a otra, la imposibilidad de tener una conexión regular a internet, la abulia inherente al que estas palabras suscribe... También, me da por pensar que quizás lo que a uno le parece interesante por estar viviendolo en primera persona, a un sufrido lector le puede resultar de extremo aburrimiento, y más si este tipo de posts se suceden con frecuencia.
Así que pienso reducir todo ese pensado diario a una escueta entrada en esta bitácora, y ahorraros así un largo tostón.
4 comentarios:
El humilde lector espera con ansias la escueta bitácora.
Mario is coming!!
(ups, no ha sonado como esperaba :D)
Venga, que todo es ponerse cojones!!
además...recojo el testigo ;)
Pues aquí otro humilde lector ha estado agosto y septiembre entrando, a la espera de que las entradas volvieran al blog. Qué bonita la rutina...
Eve, tienes demasiada paciencia conmigo :). Un beso intercontinental muy fuerte para ti.
Ese gemelo! A ver si es cierto, y realmente recoges el testigo, que ya se te echa de menos.
Y Mr. espaguetis, será por la rutina que has tenido este verano :p. Anda que no vives bien, canalla...
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