martes, 16 de diciembre de 2008

Imagenes en sepia





La tarde ha entrado furtiva por tu ventana y te ha sorprendido mirando las blancas paredes, como si en ellas pudieras ver reflejadas imágenes de tu vida en un gastado tono sepia. Escenas imborrables, momentos que de alguna manera te han marcado como aquella primera sonrisa, o los besos al despertar, o alguna leve caricia inconsciente que conseguía ponerte la piel de gallina. Con el corazón sobrecogido, dejas vagar tu mirada ausente por los oscuros cuadros. Una extraña sensación te paraliza, mientras tu mente explora lo que fue y ya nunca será, o lo que irremediablemente es.

Y no puedes evitar sentir que de alguna manera, no eres más que un mero espectador en tu propia vida, incapaz de cambiar un ápice el futuro al que ineluctablemente te abocas, que pequeñas frases o momentos han conducido la historia hasta un punto que jamás sospechaste. Como en un cine, sigues la trama desde lejos, atento a los detalles, gritándole al actor (a ti) que no entre solo, que no se aleje, que no pierda a la chica.

En momentos como ese el mundo adquiere una extraña tonalidad en sepia que le da un aire irreal y nunca estás seguro de que lado de la pantalla te encuentras. Quiero que sepas, que justo en ese instante, estoy aquí, junto a ti, para darte un abrazo muy fuerte.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Diciembre

Sin darme cuenta ha llegado diciembre. Con su frío, sus nostalgias, y ese cíclico estrés por toda la faena que se avecina y que debe quedar lista antes de las vacaciones...

Desde la última vez que escribí aquí he ido a clase, a fiestas de cumpleaños, a fiestas de estreno, a fiestas con juegos, a fiestas sin más, a conciertos, a ensayos, he caminado por la nieve, he cantado, he enfermado, he visto muchas películas, he dejado de acudir clase, a fiestas, a conciertos, a ensayos, me he recuperado y he disfrutado de nuevo con esa hora mágica del atardecer, he divagado, he llorado, pero sobre todo apenas he dejado de sonreír.

Pero ahora diciembre ya está aquí, y ya no caben nuevas piezas en este malsano rompecabezas, porque las noches cada vez son más cortas y el tiempo escapó de mi reloj. Así que cambiaré mis acuarelas por lapices de punta blanda, los sombreros por aviones de papel y mis sueños por fotos en blanco y negro. Sin embargo, pienso seguir sonriendo...

Una gran sonrisa

Hacia mucho que no me dejaba caer por aquí. Nunca me he olvidado de este rincón de mi alma, pero en algunas épocas de mi vida esta menos pre...